jueves, 22 de julio de 2010

06 de abril del 2009.
Luego de varios meses sin verla, Carolina se presentó a una charla que dio Ella. Ella era su todo. Era la persona que más admiraba en la vida y la quería inmensa y desinteresadamente.
A la salida de dicha charla, se quedó hablando con dos amigas con las que había concurrido. Esperaba a su padre, quien la llevaría a su clase de francés. En ese tiempo que esperaban, Ella salió y quedóse un rato en la puerta conversando con los anfitriones del evento. Carolina sentía su mirada. En un momento, gira un poco la cabeza (Ella estaba detrás de ella) y sus miradas se cruzan. Ella le sonríe y Carolina le devuelve la sonrisa, una sonrisa que le sale desde lo más profundo de su corazón. Se da vuelta y continúa dialogando con sus amigas.
Esa tarde no se hablaron. Pero ella se fue feliz a su clase de francés con una especie de certeza en su corazón: Ella la había reconocido.